A lo largo de numerosos artículos me he referido a la enorme importancia de los factores ambientales y externos (entornos saludables) como colaboradores de la salud física y anímica. Ya se ha demostrado que la construcción de edificios cuidadosamente diseñados para adaptarse a las percepciones diferentes en los enfermos de Alzheimer pueden contribuir a reducir su nerviosismo, lentificar el avance de la enfermedad y mejorar la seguridad e independencia de los pacientes. (ver aquí)
Las luces, colores, perfumes y sonidos pueden facilitar recuerdos y preservan conexiones neuronales en esos cerebros devastados.
Un ejemplo brillante lo configuran los denominados "Jardines de la memoria", espacios especialmente organizados al estilo y con las variedades de flores utilizados en la época en que los ancianos enfermos eran jóvenes. La vista y perfume de esa vegetación suele desencadenar sorprendentes asociaciones de recuerdos, con efectos que se prolongan mas allá del tiempo de la visita.
Pero la música también aporta lo suyo. Las melodías conocidas pueden tener un efecto realmente asombroso en la reanimación de pacientes a los que el Mal de Alzheimer ha dejado virtualmente catatónicos.
El siguiente video (de algo mas de seis minutos) merece ser observado con cuidado hasta el final, y podremos apreciar la sorprendente reacción de un anciano, al acceder a un IPod con melodías de su juventud.
Como se afirma desde hace un tiempo: "El Alzheimer aún no es curable, pero siempre es tratable". Y la batería de instrumentos clínicos, farmacológicos, terapéuticos y ambientales están generando una sorprendente revolución en sus tratamientos.
En EEUU existe una ONG denominada Music and Memory que intenta expandir este tipo de tratamientos, auspiciando una campaña para la donación de soportes musicales a las diferentes instituciones de salud. Este excelente video es de su autoría, y merece ser difundido.
Las luces, colores, perfumes y sonidos pueden facilitar recuerdos y preservan conexiones neuronales en esos cerebros devastados.
Un ejemplo brillante lo configuran los denominados "Jardines de la memoria", espacios especialmente organizados al estilo y con las variedades de flores utilizados en la época en que los ancianos enfermos eran jóvenes. La vista y perfume de esa vegetación suele desencadenar sorprendentes asociaciones de recuerdos, con efectos que se prolongan mas allá del tiempo de la visita.
Pero la música también aporta lo suyo. Las melodías conocidas pueden tener un efecto realmente asombroso en la reanimación de pacientes a los que el Mal de Alzheimer ha dejado virtualmente catatónicos.
El siguiente video (de algo mas de seis minutos) merece ser observado con cuidado hasta el final, y podremos apreciar la sorprendente reacción de un anciano, al acceder a un IPod con melodías de su juventud.
Como se afirma desde hace un tiempo: "El Alzheimer aún no es curable, pero siempre es tratable". Y la batería de instrumentos clínicos, farmacológicos, terapéuticos y ambientales están generando una sorprendente revolución en sus tratamientos.
En EEUU existe una ONG denominada Music and Memory que intenta expandir este tipo de tratamientos, auspiciando una campaña para la donación de soportes musicales a las diferentes instituciones de salud. Este excelente video es de su autoría, y merece ser difundido.
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